Mientras me preparaba para escribir este texto, un sismo sacudió la Ciudad de México, dependiendo de la zona donde uno estuviera, se sintió en diferentes magnitudes y es que fueron tres sismos relativamente seguidos cuyo epicentro fue aquí mismo en el ex Distrito Federal.
Mi primer reacción fue asegurarme que mis personas más importantes estuvieran bien, usando tanto WhatsApp como teléfono con quién sabía que podía contestar, el siguiente paso fue buscar en redes sociales la información sobre el evento, cualquier dato que me diera algo de luz sobre lo que acababa de suceder. Claro, es un acto reflejo, porque en el lugar en que yo me encuentro no se sintió tanto pero esto me hizo pensar en como ya estamos muy acostumbrados a tener la información inmediata, tanto de nuestros seres queridos, como de los sucesos relevantes que suceden de imprevisto.
Esto en definitiva es gracias a cómo la comunicación ha avanzado a pasos agigantados gracias al desarrollo de las tecnologías. Es cierto que la televisión desde hace décadas brinda información de relevancia de forma casi inmediata, sin embargo, la diferencia es la posibilidad de investigar más, de tener más información, todavía más cerca del momento en que acaba de ocurrir algo y lo que es más importante, poder estar en contacto con las personas que están en el lugar y que conocemos o puede que ni siquiera conozcamos, gracias a Facebook, instagram, tik tok, etc., tenemos las transmisiones en vivo gracias a las cuales hemos visto el desarrollo en tiempo real de ciertos eventos, positivos y negativos.
Eso está entre lo más relevante de la inmediatez de la comunicación, ya hemos comentado otras situaciones en que la tecnología nos ha permitido actuar de una forma más cómoda o más fácil, con más información, por ejemplo, hoy no tenemos que quedarnos con la duda de nada en alguna conversación sobre datos duros o situaciones del mundo, tenemos toda la información necesaria en nuestras manos, wikipedia y google nos pueden resolver incluso la confusión más profunda sobre algún tema en particular, ya es cuestión del humano tomar su postura y generar su opinión.
Justo en esta última parte es en donde todo se complica, pues el humano y sus millones de variaciones hace que la información tome un tinte diferente para cada persona, aunque aquí puede aplicar la frase: “odia el mensaje, no al mensajero”, y como aquí estamos a favor de la tecnología, pues finalmente solo está para facilitarnos la comunicación, lo que el humano decida hacer con eso, ya es otro tema.
Punto y coma
Google presentó la semana pasada Gemini su desarrollo más importante de inteligencia artificial hasta el momento y que se puede usar ya en Bard en algunos países, pronto llegará a México y créanme que es lo más cercano que estamos a un mundo futurista, la próxima semana en el cierre anual de esta columna hablaré de cómo este año fue marcado por la IA, pero gracias a esta presentación y sus posibilidades, me parece que el próximo año veremos mucho más avance y crecimiento en estos temas, es muy probable que ya el próximo año nos acerquemos a tener una relación de asistente personal (de mucha capacidad y para prácticamente todos los aspectos del día a día) con las inteligencias artificiales. En el futuro cercano todavía no se ven autos voladores como se pensaba en la década del 50 pero por lo visto sí estamos muy cerca de tener algún tipo de asistente digital cada uno de nosotros.
Y pues para mi recomendación de esta semana, nada mejor que la muestra de lo que puede hacer Gemini de Google, esto puede ilustrar perfecto a dónde se dirige el uso en el día a día de la Inteligencia Artificial, sabemos que estas tecnologías se usan para muchos aspectos y tienen un potencial enorme, sin embargo esta parte nos puede dar una pequeña introducción hacia dónde vamos en su uso masivo. Sorpréndanse.
Nos leemos pronto.
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