Un curioso y temerario concierto a manera de experimento tuvo lugar en Leipzig, Alemania con el fin de investigar cómo se propaga el virus Covid-19 en eventos masivos y, por ende, cómo prevenir el contagio.
El experimento fue tan real que la estrella alemana de música pop, Tim Bendzko encabezó dicho concierto al que asistieron 1,500 personas quienes se sometieron a tres diferentes escenarios posibles.
ASÍ SE LLEVÓ A CABO EL CONCIERTO:
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El Hospital Universitario de Halle fue el organizador de este concierto y el encargado de someter a pruebas previas a los asistentes al concierto para confirmar que no eran portadores del virus y una vez que la prueba arrojara negativo se les dotó de una máscara FFP2.
Los voluntarios portaban marcadores de contacto con el fin de que los encargados de la investigación rastrearan sus movimientos, así como las partículas portadoras del virus.
LOS ESCENARIOS
El primer experimento consistió en la realización del concierto en un escenario donde la pandemia aún no existía, es decir como se llevaban a cabo los conciertos anteriormente: multitudes juntan hombro con hombro y sin protección llámese mascarillas.
Para el segundo escenario se instauraron medidas de higiene más rígidas mientras que para el tercero se usó un distanciamiento entre los asistentes de al menos metro y medio.
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En este momento estamos satisfechos con las cifras tal y como están. El estado de ánimo es bueno, tenemos datos de buena calidad. Estamos sentando las bases de lo que el concepto de higiene podría y debería ser, de cómo se verá en el futuro para reducir precisamente los momentos de riesgo.
Stefan Moritz, director del estudio Restart 19, en declaraciones recogidas por euronews.
Se estima que los resultados de la prueba sean dados a conocer en un lapso de entre cuatro y seis semanas.
Hasta el día de la redacción de la nota, la OMS había reportado 815,000 muertes por Covid-19.
