En este año prácticamente todos hemos asistido al menos a una reunión importante a través de videoconferencias, hemos visto muchos casos de sucesos extraños, por llamarlos de alguna manera, como el video viral donde una de las participantes entró al baño con la cámara encendida o aquel donde al terminar la llamada, sin cortar la comunicación, uno de los asistentes se va a su sillón y se alcanza a ver que únicamente vestía calzones.
Yendo un poco más allá, ya incluso salió al mercado una pijama que la parte superior asemeja a una camisa formal, porque sabemos que en realidad el uso de zapatos y pantalones ha caído de forma estrepitosa.
Poniendo a tono tu espacio de reunión
Tienes una reunión de trabajo y quieres parecer lo más profesional y demostrar que eres el mejor en lo que haces. Unos días atrás viste en Amazon que venden posters con la imagen de libreros repletos de los libros muy cultos, decidiste no comprarlo, pero acomodaste tu laptop que da a la ventana con el árbol fuera de tu departamento y que parece parte de un jardín o terraza. Ya con esto tienes el lugar listo, te pones la única camisa que queda planchada, las bermudas o el pantalón de la pijama y te unes a la reunión con audio y video.
En la platica todo va bien, tus argumentos van convenciendo y estás en la parte más importante de tu punto, cuando de pronto se oye: “Se compran, colchones, refrigeradores, estufas…”. Tu reacción inmediata es mental, porque no puedes demostrar la pena, pero al segundo te das cuenta que todos los demás tienen el micrófono en silencio.


Ya llegaron sus tamalitos de maíz
Ni hablar, no hay mucho que se pueda hacer al respecto, se han visto reacciones muy diversas, desde quienes se enojan, hasta quienes tratan de disculparse. La realidad es que nos pasa a todos, en días anteriores Javier Risco estaba en “Así las cosas” en W Radio cuando se oyó ruido de fondo, por lo que no debe preocuparte, en verdad a todos nos puede pasar.
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Además, el camión que compra algo de fierro viejo que vendan, pasa por absolutamente todas las zonas de la Ciudad de México y seguramente en otros estados tendrán sus propias grabaciones o sonidos característicos.
Así que, no hay más qué hacer, no podemos evitar que la gente con este tipo de labores, las haga, finalmente todos tenemos que seguir trabajando. Seamos felices y si suena la campana de la basura, pues pidamos un receso de cinco minutos, que no vuelve a pasar hasta dentro de tres días.
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