México es un país surreal, un territorio que ha visto lo mejor del ser humano, pero también ha vivido lo peor que una persona o un grupo de personas puedan hacer contra otras.
El 2 de Octubre es una fecha indeleble en la historia de México, la masacre de estudiantes perpetrada por el grupo Olimpia, un grupo militar enviado a silenciar una de las grandes manifestaciones de jóvenes del país. Todo comenzó como un conflicto entre escuelas rivales, esta chispa encendió lo que probablemente sea el movimiento estudiantil más importante en nuestra historia. El mundo en esa época se movía en muchos frentes, muchos países tuvieron sus propias protestas juveniles, Estados Unidos con su verano del amor en 1967, Francia con su Mayo del 68 y a México se le complicaba el panorama con las Olimpiadas a la vuelta de la esquina.
Los políticos de la época buscaron que la opinión pública pensara que ser joven era sinónimo de rebelde casi delincuente, la insumisión de los estudiantes de la época buscaba la libertad de decidir en muchos sentidos, de tener una vida menos estricta y apegada a reglas que iban quedando cada vez más lejanas de la realidad.
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52 años después México es muy diferente, lo que llamamos vida moderna dista mucho de lo que fue 5 décadas atrás, pero al mismo tiempo seguimos peleando luchas similares, la libertad de decidir, la posibilidad de tener una política nacional saludable que no permita a ciertas personas estar por encima de la ley y sobre todo, a tener una vida segura y digna para todos los mexicanos.
Es un día que debemos conmemorar y recordar, por la importancia de tener presentes los principios que se lucharon y no permitir nunca más que la negligencia y el abuso de poder actúe en contra de un solo mexicano.
