Es una joya. Quizás no haya un auto de la marca alemana que defina a la perfección el ADN de la firma de Stuttgart: deportividad, elegancia y grandes prestaciones y es que el Porsche Taycan es un sueño hecho realidad. Un vehículo fascinante.
No negaremos que cuando fuimos convocados a manejarlo saltamos de la emoción y contamos los días hasta que por fin llegó la fecha de encontrarnos con este vehículo que ya es una referencia gracias a esa suculenta combinación entre deportividad y eficiencia que promete Taycan.
Antes de tomar la carretera para ir entre las instalaciones de Off-Road y Valle de Bravo, Porsche se dispuso a contar detalladamente los principales elementos de este Taycan, incluso hasta el origen de su nombre y es que la marca tenía ante sí hasta 600 propuestas diferentes y al final se optó por Taycan, que está compuesto por dos términos provenientes de zonas lingüísticas orientales, que conducen al significado “alma de un caballo joven y vivaz”.
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DISEÑO
Pero al final de cada módulo salíamos al patio a ver el Taycan que estaba en exhibición y nuestros suspiros no se hicieron esperar y es que a lo largo de esos 4.9 metros hay líneas fluidas y bien esculpidas que le dan a este vehículo no sólo una fina estampa, sino una gran aerodinámica, diseño que la misma Porsche define como limpio y puro.
El frente es sublime y mucho tienen que ver los juegos ópticos compuestos en cada conjunto por cuatro pequeños cubos cuya proyección de luz en momentos diurnos es excelso gracias a la tecnología LED Matrix. El logo Porsche colocado en la puerta del cofre tiene acabado en efecto vidrio.
Los laterales son una delicia a la vista pues nos muestra un auto bien plantado y con una línea de carácter que llama la atención, de la cual mucho tienen que ver los rines que son de 21 pulgadas y cuyo diseño varía dependiendo el gusto del cliente quien tiene hasta tres opciones de elegir.
La caída hasta el poste “C” es grandiosa en términos de diseño y culmina en una parte frontal ancha, musculosa y cuya línea de luz es soberbia.
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EQUIPAMIENTO
Por fin tomamos carretera y usamos los primeros kilómetros al mando de nuestro Taycan (que por cierto en el primer trayecto fue la versión Turbo), para familiarizarnos con la cabina de este Taycan que es una maravilla, pues fueron eliminados los botones casi en su mayoría para dar paso a dos pantallas táctiles donde podíamos controlar el sistema de audio y el de infoentretenimiento, así como los controles de clima y algunas otras funciones.
La pantalla central de información y entretenimiento es de 10.9 pulgadas, pero la que llama la atención es la que funge como cuadro de instrumentos pues tiene forma curva y es nada menos que de 16.8 pulgadas.
Justo debajo de este display se aloja una discreta palanca donde se controla la reversa y el “Drive” del coche; junto a esta palanca se encuentra el botón del “Parking” y como todo buen Porsche el botón de encendido está del lado izquierdo del volante.
Por cierto, por 19,994 pesos, Taycan puede equipar una pantalla para el pasajero del asiento del conductor.
El sistema de sonido es firmado por BOSE y alimenta de gran manera a 14 altavoces, incluyendo un subwoofer y no negamos que en medio del trayecto subimos el volumen a gran escala pues el auto, la carretera y The Doors lo ameritaba.
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DESEMPEÑO
Previo a la salida los instructores nos aconsejaron que en tanto conocíamos las capacidades de Taycan aceleráramos poco a poco porque el poder de este alemán responde apenas con un leve toque de nuestro pie derecho en el acelerador y sí.
Aprovechamos la recta del libramiento de Toluca para ver de qué estaba hecho este Porsche y el poder que desata es descomunal (sin dejar de mencionar el sonido que emana, cual si fuera una nave espacial) porque Taycan es capaz de ir de cero a 100 kms/hr en apenas 2.8 segundos (Taycan Turbo lo hace en 3.2 segundos) y los conocedores de superdeportivos saben que esta es una estadística impresionante.
Lo que también impresiona es la soltura y firmeza con la que se mueven aun yendo a grandes velocidades. La dirección es precisa y responde a la perfección al movimiento de nuestras manos.
Es tanta la emoción que genera este auto que a veces quisiéramos que la carretera que recorrimos no se acabara nunca.
Llegamos a Valle de Bravo y quienes conocen el rumbo saben que sus topes y bados son inmisericordes y realmente nos preocupaba que nuestro Taycan pudiera raspar la parte inferior de la carrocería. No. Modificamos el chasis para que se elevara y fue pan comido para nuestro Porsche. Sublime tecnología.
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INGENIERÍA
Tras una reconfortante estancia volvimos a Off-Road y ahí cambiamos con un colega para ponernos al volante de la versión más potente de Taycan: el Turbo S, entrega una potencia de hasta 761 caballos de fuerza y que gracias a sus dos motores eléctricos síncronos colocados uno en cada eje entregar una autonomía de hasta 412 kilómetros, que se elevan hasta 450 kilómetros en la versión Turbo.
Sobre las baterías, estas tienen la capacidad de cargarse de cero al 80% de su capacidad en apenas 22 minutos, siempre y cuando se use un cargador de 270 Kwh. Una maravilla.
Debemos decir que (con las debidas medidas) aprovechamos una larga recta para pisar el acelerador a fondo y acercarnos a la velocidad máxima de Taycan que es de 260 km/hr. Nos quedamos cortos, pero como dicen los clásicos, las sonrisas no faltaron.
Los instructores nos dijeron que Taycan tiene el encanto de pegar nuestra espalda al asiento al máximo y sí. Ya de regreso en pista utilizamos el Launch Control para sentir la aceleración de cero a 100 kms/hr y la sensación es indescriptible porque Taycan libera al máximo todo la potencia y el torque sin perder para nada la línea.
CONCLUSIÓN
Porsche Taycan es un auto sin duda, adelantado a su época y lo decimos porque un vehículo tan potente, deportivo, elegante y tecnológico sólo puede tener el sello Porsche. Por eso decimos que es perfección alemana.
